Conocer quien se escondía bajo el pseudónimo de Elena Ferrante era casi una cuestión de estado. Al menos así lo trataron los medios nacionales e internacionales, como si de una gran exclusiva periodística se tratara. El reportero italiano Claudio Gatti fue el que tiró del hilo hasta llegar a una conclusión bastante sólida: la autora de esta tetralogía de éxito mundial era una traductora freelance que respondía al nombre de Anita Raja.
Un enigma nada fácil de resolver, pues nadie había visto una fotografía de Elena Ferrante ni se conocía ningún detalle de su biografía. Por no saber, no se sabía siquiera si al pseudónimo respondía un hombre o una mujer. “No me arrepiento de mi anonimato. Descubrir la personalidad de quien escribe a través de las historias que propone, de sus personajes, de los objetos y paisajes que describe, del tono de su escritura, no es más ni menos que un buen modo de leer”, aseguró Ferrante en una entrevista vía mail con Il Corriere della Sera.
Con La amiga estupenda, Elena Ferrante inaugura una tetralogia deslumbrante que tiene como telón de fondo la ciudad de Nápoles a mediados del siglo pasado y como protagonistas a Lenù y Lila, dos jóvenes mujeres que están aprendiendo a gobernar su vida en un entorno donde la astucia, antes que la inteligencia, es el ingrediente de todas las salsas.La relación a menudo tempestuosa entre Lila y Lenù viene acompañada de un coro de voces que dan cuerpo a su historia y nos muestran la realidad de un barrio pobre, habitado por gente humilde que acata sin rechistar la ley del más fuerte, pero La amiga estupenda está lejos del realismo social: lo que aquí tenemos son unos personajes de carne y hueso, que nos intrigan y nos deslumbran por la fuerza y la urgencia de sus emociones.