La obra está escrita con una sensibilidad exquisita, casi poética que traspasa, como un velo, la personalidad de los personajes, pero nadie se engañe: La novela presenta con toda crudeza la realidad de su tiempo: el drama de la guerra, la pobreza, el hambre; la ruptura con todo lo anterior y la falta de futuro de los jóvenes.
Sol, una jovencita burguesa hija de un industrial, pasa del colegio de monjas a tener que salir a buscarse la vida y enfrentarse a esta sociedad brutal, amoral y cuyo único motor es el sálvese-quien-pueda. La protagonista se rebela ante su falta de preparación para afrontar la vida, tal como la nueva situación le exige: El hambre, una vez vendidas todas las posesiones familiares, va degradando su existencia hasta poner en riesgo su supervivencia, e imposible la de los ideales en los que ha sido educada. La historia se cuenta desde una estremecedora ecuanimidad, en la que mayor diferencia entre unos y otros, más que ninguna ideología, es el abismo entre los que ya pasaban hambre antes, ante la pasividad de los otros, y los que ahora también pasan hambre, a la que se enfrentan por primera vez sin recursos de ningún tipo y acosados por el rencor de quien antes necesitó su ayuda y no la obtuvo. Una magnífica novela que pone los pelos de punta al mostrar abiertamente cómo se gesta una guerra, a base de injusticia y necesidad
Ana Maria nos muestra las experiencias de un grupo de jóvenes durante la guerra civil.Me ha gustado como relata la Barcelona del año 36, gente que intenta sobrevivir día a día en medio de escombros, bombardeos y destrucción.Ahonda en los sentimientos y lo retrata de una forma magistral.
ResponderEliminarMe ha parecido una novela muy especial, que condensa en sus páginas, de forma estremecedora, toda la ternura posible junto con el miedo, la angustia y el hambre.
ResponderEliminarPara mejor entendimiento de esta novela hay que tener en cuenta los hechos ocurridos en esta época en Cataluña. Epoca de lucha social sobre todo, de revolución y contrarrevolución, anarcosindicalismo y conservadurismo. En definitiva: revueltas, muertos, colectivización de empresas, hoteles, enfrentamientos sangrientos entre la población. Por un lado, la república se mantuvo en este territorio y, tras la derrota de la batalla del Ebro, la lucha se encarnizó a la entrada de las tropas franquistas, de tal manera que hubo bombardeos por aviones de Italia, saqueos, fusilamientos, etc. En este panorama tan desolador surge la ternura, la inocencia, miedo, angustia y todo tipo de sentimientos de unos seres que despiertan a la vida de manera trágica por circunstancias indeseables y, como suele ocurrir no intervienen nada más que para sufrir amargamente los efectos de las contiendas civiles. Me quedo con los sentimientos positivos, lo demas es detestable.
ResponderEliminarEn el comentario anterior no reflejé nada sobre la autora de la novela: Ana Maria Matute. Tanta vivencia desagradable me hizo olvidar que se trataba de una novela, basada en su experiencia, que refleja su época de niña a adolescente. Me parece una escritora magnífica que nadie como ella sabe mezclar la realidad, la denuncia social, con la lírica, con la poesía.
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