CHARLOTTE BRONTË (1816-1855)
Charlotte Brontë nació el 21 de abril de 1816 en Thorton, Yorkshire (Inglaterra). Era la tercera hija de Mary Branwell Brontë y del sacerdote de origen irlandés Patrick Brunty (posteriormente Brontë). Su madre falleció de cáncer en el año 1821.
Desde 1820 Charlotte residió junto a su hermano y hermanas en Haworth, Yorkshire, localidad en la que su padre era vicario y en la que vivían al cuidado de su tía Elizabeth Branwell. En el año 1825 sus hermanas mayores, Mary y Elizabeth, murieron de tuberculosis.
A pesar del aislamiento de la familia Brontë y de la falta de su madre sus miembros crecieron felices, rodeados de afecto, cariño e historias fantásticas que se contaban los unos a los otros, tomando como personajes a los soldados de juguete de Branwell, y creando un reino imaginario al que llamaron Angria.
Charlotte estudió en una escuela para hijos de sacerdotes llamada Cowan Bridge, a la que comenzó a acudir en el año 1824. Tras un año en el recinto y a causa de las duras condiciones del mismo, retornó a Haworth, en donde fue, junto a sus hermanos, instruida por su padre y su tía.
En 1832 ingresó en Roe Head, centro en el que llegó a impartir clase durante breve tiempo e hizo buenas amigas, entre ellas Ellen Nussey y Mary Taylor. También trabajó fugazmente como institutriz para las familias Sidgewick y White.
A comienzos de la década de los 40, tras el intento fallido de crear una escuela privada y rechazar la propuesta matrimonial del reverendo Henry Nussey, hermano de su amiga Ellen, Charlotte y Emily viajaron a Bélgica para estudiar idiomas en la Pensionnat Heger de Bruselas. En la ciudad belga se enamoró de Constantin Heger, el propietario de la escuela.
En 1846 escribió junto a Anne y Emily “Poemas (Poems)” (1846), libro que las hermanas firmaron con los seudónimos de Currer, Ellis y Acton Bell.
Dueña de un singular temperamento desde su complicada infancia de huérfana, primero a cargo de una tía poco cariñosa y después en la escuela Lowood, Jane Eyre logra el puesto de institutriz en Thornfield Hall para educar a la hija de su atrabiliario y peculiar dueño, el señor Rochester. Poco a poco, el amor irá tejiendo su red entre ellos, pero la casa y la vida de Rochester guardan un estremecedor y terrible misterio.